21/1/09

- Cuando me hablan del destino -

La vida es un aleatorio. Desde que nos despertamos, hasta el último parpadeo por la noche. Y no siempre la música es linda, de esas que uno elige escuchar, las “up”. Están esas, pero también están las otras, las que nos hacen sentir identificados por una relación, no necesariamente agradable, las que nos recuerdan momentos, lindos, malos, los que sean. Pero no siempre podemos elegir la siguiente canción, la historia que seguirá en nuestra vida, el rumbo que tomen las cosas.

Siempre me pregunte cual es el método para elegir una canción en el aleatorio de mi ipod, y por más estúpido que suene, no le encontré un sentido. Ni al aleatorio del ipod, ni al aleatorio de la vida.

¿Cómo hago yo para cambiar en la realidad, la canción que el aleatorio determinó? Porque.. digamos, es fácil apretar un botoncito en un reproductor de música, si la canción que escucho me hace sentir triste, melancólica, pensativa o de hecho no me gusta. ¿Cómo se hace para zafar de esas en la realidad? Yo puedo decidir mi estado, de qué manera enfrentar al mundo, a la “canción”, pero por momentos esa canción elegida por el aleatorio puede terminar consumiéndome. Soy parte de un torbellino impulsado por un aleatorio, al cual no le encuentro sentido.

¿Qué me queda por hacer? Sólo se me ocurre que hay que volverse fuerte, fijar objetivos claros, seguros, y tratar de saber (y recordarlo a cada momento) que la canción puede durar un minuto o quizás mucho mas, pero a pesar de eso, después de esa, viene otra y otra, quizás mucho mejor, o mucho peor, pero que me encuentre fuerte y segura de lo que en verdad quiero para mi vida.