10/8/10

Donde Habita el Olvido

Hay algunos que entienden que cuando algo se pierde o se deja olvidado, pronto aparecerá. Están también los pesimistas que sin duda alguna, se enojan y se quejan de que "eso" que perdió era de suma importancia y que seguramente no lo va a poder recuperar; hay también los olvidadizos que dejan todo tirado y ni siquiera se percatan de que perdieron algo; por supuesto también aquellos ultra prolijos y organizados, que no pierden nunca nada.

Por lo general, las personas pierden cosas, beneficios, oportunidades y demás a lo largo de sus vidas, pero lo que más se recuerdan no son aquellas cosas materiales, sino aquellas que efectivamente significaron un cambio, generalmente profundo, en uno mismo. Y cuando ese "algo" deja de existir o se pierde, costosamente cuesta adaptarse; más aún si eso que se tenía, era asumido como un axioma en su vida, algo que costosamente veríamos alterado en la rutina por un inimaginable cambio, una verdad absoluta irrefutable. Y sin embargo, acontece.

No estoy planteando una innovación referida al tema, solo me esfuerzo por hacer entender (y no tengo muy en claro a quién), qué si bien se puede perder algo, que de hecho muchas veces sucede, si la pérdida significó algo, entonces eso tomado valió la pena; valió mil veces más la pena que no haberlo agarrado. Las cosas de las que más se disfrutan y no se olvidan, muchas veces son aquellas que desde un principio no deberían haber sido.


Te vas y no te vas
y cuando vienes
rezo para que los trenes
se equivoquen de estación.